Es curioso como las cosas más inesperadas pueden hacerte feliz. Es un tópico sí pero es cierto. Y más cuando ni siquiera te pasan a ti, sino a la gente que quieres. Supongo que es una de esas cosas bonitas de la raza humana que hace que no pierda toda mi fe en ellos: la capacidad de alegrarte porque otros están felices.
Y puede ser una cosa grande como acabar la carrera o conseguir un piso o veinte millones de cosas pequeñas y lo que significan para ellos y para ti y que para el resto del mundo pueden parecer una tontería. Es como todas esas veces en que te ríes por algo porque te recuerdan a alguna tontería dicha con alguien que no está ahí y el resto del mundo te mira como si fueras una psicópata. Y te da igual porque para ti tiene sentido y al final el resto es un tanto secundario.
Soy consciente de que esto se está volviendo otro post de como molan mis amigos y cuánto les echo de menos. Eso o de "de vez en cuando el hombre no es tan idiota como pensaba". No lo sé, aunque en mi caso suelen ir de la mano.
También puede ser que todo esto solo sean paranoias de una mente invadida por los virus y los exámenes, todo es posible. Sólo sé que no sé nada y que me apetecía escribir sobre lo primero que se me pasara por la cabeza.
Por si alguien se preguntaba que fue el origen de esta sarta de palabras sin sentido, se remonta a un comentario de una de esas cosas pequeñas que no tienen sentido más allá de dos o tres personas que lo entienden, y que tardaría mucho en explicar, por qué al fin y al cabo ¿qué es un ADSL? Pero que para mí significa más porque en este caso significa más. Y ayer me alegró el día. Y de ahí que esa pequeña cosa tenga tanta importancia y no pueda evitar sentirme feliz.
miércoles, 18 de marzo de 2009
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1 comentario:
Si, pero mi ma se lo toma con calma ¬¬
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