miércoles, 21 de enero de 2009

Vuelta a empezar

Hace más de un mes que no escribo y sí, sé que dije que no volvería a dejarlo tanto tiempo y tal, pero las vacaciones son las vacaciones. La verdad es que me vino bien la dosis de familia y amigos para curar un poco la morriña antes de volver para acá. Es gracioso como echo de menos a la gente, pero luego tengo estas etapas de volverme asocial. Supongo que me gusta llevar la contraria, no sé.
En cualquier caso, ahora tocan exámenes en España y Holanda y ando un poco liada. A pesar de todo, me encanta la asignatura que tengo ahora. Creo que no había disfrutado tanto con una clase desde que hice Restauración de Espacios Degradados hará un par de años. Lo curioso de esta asignatura es que está aplicada a países en vías de desarrollo dónde todavía puedes cambiar cosas y conseguir que vivan mejor pero usando técnicas que se adapten a su terreno y no las importadas en modo colonial.

Pues en esta clase que tanto me encanta estuvieron mirándome muy mal el lunes pasado. ¿Por qué?
Vino una profesora ha darnos una charla sobre la implantación de las tecnologías de la comunicación en África (si creéis que nuestro internet es penoso ved su panorama) y la mujer empezó a hablar de la gigantesca expansión de los teléfonos móviles. Y no bromeo con gigantesca. El 97% de los habitantes de Ghana tienen uno.
El problema es que estas cosas cuestan un dinero y llamar es caro y la gente es muy pobre. Así que ¿qué es lo que hacen? Llaman hasta que sale el nombre en la pantalla de la otra persona y luego cuelgan sin hablar. Y con eso ya saben que tienen que ir a verle o lo que sea.

...Suena familiar ¿no? Pues de ahí las malas miradas cuando la mujer empezó a explicarlo y a las dos españolas en la clase nos entró la risa floja. Mientras el resto nos miraba con cara de que tiene de gracioso que sean tan pobres que no puedan hacer una llamada en condiciones.
Para que veáis que los toques en Europa no se estilan pero en África son la leche.

Si cuando mi madre decía que los estudiantes tenemos economía de guerra...

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